martes, 2 de junio de 2015

Una persona, dos direcciones...

Reímos lloramos y otras veces tan solo nos miramos, dejando el tiempo pasar, y viendo como los segundos juegan con nosotros, y además en nuestra contra.

Vivimos en un mundo de ignorantes, eso no se duda. Los hay quienes lo son por voluntad propia, y otros que lo son porque la sociedad les obliga a serlo. No hay margen para la gente curiosa, ni para la gente que se esfuerza, y tampoco para aquellos que buscan algo nuevo y diferente.

La vida, el tiempo y el horizonte, a veces son muy crueles con nosotros. Nos dan golpes, nos zarandean, nos incorporan en el frío desentendimiento que produce la ignorancia, nos masacra con dureza, o simplemente nos mata lentamente. Y no queda otra cosa que plantarle pulso, buscarle las cosquillas a todo eso para conseguir burlarle una vez más.

A veces siento, pienso, creo, que tenemos lo que merecemos, y no por razones de karma, si no por el simple hecho de que no somos conscientes de todo lo que nos jugamos día a día, y en cada decisión. Porque pasito a pasito, aprendemos nuevas tretas, nuevas maneras de saltar los muros, de esquivar las piedras. Porque la curiosidad mató al gato, si pero recuerda algo para siempre..., nosotros no somos gatos.

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