miércoles, 18 de diciembre de 2013

Incondicional ser de condiciones...

"Él vivía a su manera, creía no necesitar a nadie. Al fin y al cabo vivía la vida de tal modo que parecía que la gente le sobraba (a pesar de estar siempre rodeado). La imagen que él mostraba al mundo, era diferente a la que yo vi. Lo vi de lejos, lo intuí de cerca. Nos utilizamos para el bien, pero al fin y al cabo nos utilizamos. Él es ese gran amigo, que ni siquiera es amigo. Es alguien incondicional, pero plagado de condiciones. Así es él, o al menos así lo vi.

Sin lugar a duda es él mismo en todo momento, sin dejarse influenciar en su manera de actuar. Muñeco roto que tira para delante. Imagen fuerte con la que no me consigue engañar. Muy consciente de sus capacidades, y no hace como la mayoría de las personas, él muestra y reconoce sus habilidades. Lo cual me parece muy auténtico y digno de admiración.

Con las palabras se abre al cien por cien, mostrando sin miedo lo que tanto escondió en su día. Descubriéndose a sí mismo lo que no se atrevería a reconocer de no haberlo escrito. En sus escritos deja ver, no sólo un lado sensible, si no un lado firme ante la vida. Una dureza que en ocasiones incluso podría parecer de hielo, pero que por otro lado acaba derritiéndose.

Inacabado rompecabezas formado por extrañas piezas."


Hoy traigo un texto que me ha dedicado una persona que me conoce demasiado bien, ella es un tanto especial para mi. Su nombre es Sara y os dejo su blog para que le echéis un vistazo. Y si os gusta, no dudéis en comprar su nuevo libro "Empática Sara". Os dejará con ganas de más.

martes, 10 de diciembre de 2013

No bebe para olvidar, si no para no recordar.

Le sorprende la indiferencia que suponen ciertas cosas, cosas que no hubiese sido capaz de imaginar hace tan solo un poco tiempo atrás. Todo empezó con buen pie, nadie conocía más allá de lo que debía saber, nadie hablaba por hablar, al menos no en ese momento. Nada de todo eso estaba tan mal como lo pintaban.

Quién matará gigantes por ti cuando ya no tengas fuerzas ni te encuentres en condiciones para ello, le decían. Nadie podrá escuchar ya tu voz, ni tendrás quien te guíe en la oscuridad de tus días, sólo tu fragilidad será lo que se vea en cada mirada, en cada recuerdo, en cada palabra, le decían.

En el fondo sabías que sucedería, la distancia es dura para casi cualquiera, y no puedes cargarte todo a la espalda, Aun menos perdido entre nubes de abrazos no dados, de sonrisas no entregadas, de lo poco que duran los ahí estaré para siempre.

Tanto se empeñaron en no querer entenderlo, que al final entendiste como lograste salir adelante sin ellos. No bebe para olvidar, si no para no recordar.