lunes, 19 de octubre de 2020

Una fiesta más :S

 Todo comenzó cuando le pregunté si me acompañaba a una fiesta a la que me habían invitado esa misma tarde. No nos conocíamos prácticamente de nada, hasta ese momento.

Perdí la cuenta de las veces que acudiste, llegó un momento en el que daba igual cual fuera la celebración o cual fuese la excusa que te ponías para ir. No dejabas pasar prácticamente oportunidad para pasarlo bien.

No te importaba la música, el local te era indiferente, y te daba totalmente igual quien fuera a la misma. Tu objetivo era intentar sobrevivir hasta el día siguiente y no morir en el intento, ya que a pesar de necesidad por pisar nuevas áreas, conocías el plan de mañana antes de llegar a él.

Enlazaste numerosos eventos durante días, haciendo prácticamente semanas perfectas en las que en momentos no recordabas ni siquiera tu nombre, y aunque intentara repetirlo una y otra vez, seguías luchando por mantenerte en pie.

Topaste con todo tipo de ambientes, todo tipo de personas, y en cada una de ellas, aprendiste algo que te hizo un poco más completo. Hubo días que acudiste a multitud de ellas y entre baile y baile pasaron las horas hasta que te diste cuenta, que todo acaba perdiendo el sentido al realizarlo en exceso, hasta tu mismo.

Todo fue divertido...

Tantas fueron sus andanzas antaño, que ya le perdió el valor a disfrutar de cada situación, y es que en su caso, de tanto que tuvo, aprendió a no disfrutarlo y a no valorar lo que consiguió.

Tal vez fue Madrid, siempre pensó que aguantaría a ese ritmo de vida, pero en realidad no ha vuelto a encontrar ese punto de pasión, satisfacción y generosidad. Tal vez sea porque ya no le supone un reto, ni una aventura conseguir sus objetivos.

Nunca recordó tras cada fiesta, sus sentimientos se perdían entre alcohol, música y personas desconocidas. A pesar de ser consciente, siguió insistiendo en que eso era lo que quería. Y con cada día que pasaba, más se daba cuenta de que ese no era el camino, pero su tozudez le hacía continuar.

Tras muchas fiestas de cumpleaños, ha desaprendido todo lo recorrido, o al menos, una gran parte de ese trayecto Llegando a confundir situaciones, fechas, horas, regalos, y caras. Y es que ser consciente de que solo somos aquello que recordamos, y no poder recordarlo quema ilusiones, quema sueños y evapora almas.

Y es que al final, no fue oro lo que brilló, aunque cualquiera se moriría por vivir lo recorrido. Fueron muchas más sombras que penas. Más depresiones que haters, pero su camino iba hacia el cielo, aunque de tanto soñar con ello, acabó borracha sobre la barra de un bar, gritando que fue divertido.