martes, 11 de marzo de 2014

Por este instante...

Sobrevivimos a las tormentas, a las noches de verano y a las aguas del invierno. A los copos de diciembre, a las flores del abril y a las hogueras de noviembre. Aguantamos los dolores, las lagrimas y la respiración.
Exhalamos los momentos, sudamos la indiferencia y vendimos la verdad.

Por todo, por lo que hay y lo que vino, por lo que se queda, levantamos suspicacias, arremetimos contra la rutina. Vivimos en la máxima rebeldía, siendo cómplices del silencio, compañeros de la complicidad, fuimos supervivientes de nuestro día a día.

Nadie nos puso limites, los trazos se sobrepasaron, quedaron sepultados entre momentos en los que nunca recordaremos, porque volverlos a vivir es lo que nos invita a repetir. Cada noche nos acostamos sabiendo que mañana será un día espectacular, porque la vida tiene un sabor fuerte pero del que nunca nos cansaremos.

En ella, simplemente buscamos con quien perder el aliento, con quien desgastarnos entre saliva, y disfrutar de lo prohibido, día tras día, momento a momento.




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