miércoles, 1 de abril de 2015

Un inestable, nunca busca su estabilidad...

Hizo trampas a la vida, le puso la zancadilla a su pasado con la única intención de ganar ventaja para su presente. Tuvo oportunidades que dejo pasar, las desaprovechó y ahora dice que se arrepiente, como si eso le fuera a cambiar su situación actual.

Las cosas ya hechas son cosas que ya no se pueden cambiar, y por lo tanto hay que dejarlas como están y seguir mejorando día a día, haciendo que lo pasado, sirva para mejorar hoy, para tomar decisiones de manera más satisfactorias.

Valorar las cosas cotidianas, solo se puede conseguir a falta de las mismas. Nos ha costado darnos cuenta de tal sensación teniendo que haber llegado un poco mas lejos de lo habitual. Han podido ser unos pocos días más, pero me atrevo a decir que han sido muy necesarios, de hecho han sido fundamentales.

Las pequeñas locuras, suelen estar bien, pero las grandes locuras son aun mejores, a la vista salta de que si no sale bien, algo positivo se saca de ellas. Piensa en todas esas veces que has pensado, si le cuento la verdad a alguien me tachan de loco, así que mejor no abro la boca y me quedo como estoy, pero aun así vas tu y la haces. Olé por ti, sin duda alguna, olé!.

Y ahí estamos los indecentes, los innombrables, los locos. Para nosotros las locuras son necesarias. Nos gusta que nos tachen de locos, porque todos nosotros sabemos, que más locos son ellos por desaprovechar semejantes oportunidades para ser felices.


No hay comentarios:

Publicar un comentario