martes, 28 de mayo de 2013

Se basta para caminar por el presente

Todos los momentos tienen tanta importancia como la que das a la saliva que tragas sin darte cuenta.

El cielo le desea, le atrapa y más tarde le repele con sus mojados llantos, pero nadie ve que eso es vital para sentirte bien. En la mente tenemos demasiados complejos, esos que nos detienen ante las cosas que queremos, no las hacemos porque creemos que no tenemos nada que hacer, y no forzamos por no demostrarnos a nosotros mismos de lo que somos capaces.

No somos perfectos pero nos sentimos bien, aprendemos de los tropiezos y echamos en falta las cosas que nunca sucedieron. Siento escalofríos de pensar lo que hay detrás del farol que le tiro a la vida con cada decisión que tomo. Pienso que habrá senderos más allá de donde piso, pero sólo se que cada vez me gusta menos jugar con quedarme quieto en el paso de los días. Caemos y nos detenemos a llorar, dispares sentimientos que provocan en otras personas que simplemente se limitan a sacudirse y seguir caminando por el mundo, su mundo. Esa gente admiro, la que no mira más allá del horizonte, porque saben que ese punto es el cimiento de su futuro.

Él pregunta mientras le mira de manera atónita, ¿Qué más da errar, mientras pruebes? No se siente cobarde, levanta el rostro y aprende. Ese es el punto de partida, porque sabe que no hay nada perfecto y que hay demasiadas palabras necias, pero él se demuestra que está por encima de ello. Él no huye del pasado porque ya no le da miedo, ni corre para tardar menos en llegar al futuro  y ver que le espera, él se basta para caminar por el presente y ponerse a prueba siempre que puede.

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