No por la sangre soy como soy, sino por el descanso que durante el día
consumo, para por la noche poder arrimarme a tu ventana, ahí comienza mi vida,
cuando te veo ahí dormida, desde mi oscuridad, mi soledad comienza cuando
cierras los ojos.
Durante el día activo sin hacer nada, reposar los ojos, para cuando te vea,
ni parpadear, no perderme ni un segundo de tu bonito reflejar. Espío tus
hábitos, se lo que piensas, lo que dices, pero ¿y qué? No me sirve de nada,
nunca podré tocarte, no podré hablarte, para ti casi ni existo.
Solo el consuelo de verte cada día me llena, para aguantar esta vida tan
así...
Sé que nací solo, crecí
solo y moriré solo, solo es rutina pero espero que algún día me valores por lo
que fui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario