Sumido en un verdadero callejón sin salida, así me sentí, hasta que ella me dio alas. Lo hizo sin querer, no sabía donde se metía. Pero ahora estamos metidos bien hasta el fondo.
Muchos fueron los pasadizos que me plantee para escapar de tal pesadilla, esa sensación de que me merezco mucho más de lo que tengo, me supera. Siempre quiero más, y aquí tenia el principio de algo nuevo.
Empezar de cero nunca es fácil, pero esta vez me pareció demasiado sencillo, no tuve ningún tipo de problema, supe arroparme por la gente que me acogió desde el primer momento. Y parte de este gran año se lo debo a ellos.
Siempre supe que el fútbol no me iba a dar de comer, lo que no sabía es que con el se podían hacer tan buenos amigos, hasta el punto en que puede que los eche de menos el año que viene. Tampoco supe que ir a clase me fuese a gustar tanto, se que suena un poco empollón, pero no es así. Acabe aquí casi de rebote, y de verdad creo que a veces, el karma o la suerte existen. Salamanca me ha convertido en un chico más centrado, responsable y sin vergüenza, un galán pero sin vergüenza.
Cada noche ha sido una oportunidad para conocer gente diferente a lo que estaba acostumbrado. Es algo que realmente me tiene fascinado de esta ciudad. Puede parecer que ha sido un año sabático en el que apenas he hecho nada. Pero no te engaño cuando digo que por fin, este año ha sido el de la mítica frase, "este año sí que me pongo a estudiar".
Para terminar diré que fue mucho más sencillo y divertido de lo que jamás imaginé. Rompí con las agonias de aquellas envidias. Me demostré que si quieres algo, lo mejor es que lo hagas tu mismo y que solo tu tienes derecho a decidir sobre ello.
"Pugnare est vincere"
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